Muchos me preguntan que es. Es el último gran paso en el proceso de post-producción. Es la etapa entre la mezcla final y la replicación o duplicación de tu música.

Aunque es considerado por muchos como un arte oscuro y secreto, la verdad es que la masterización de audio es un proceso que se basa en una combinación de experiencia y conocimientos técnicos. Aprender los fundamentos de la masterización no me llevó mucho, pero me tardé varios años en saber como enfrentar cada estilo.

Normalmente estoy usando herramientas comunes, ecualizadores, compresión , expansión, herramientas de imagen y limitadores.
No siempre reduzco los picos con limitadores, si es un caso aislado conviene usar el lápiz del editor y asi evitar un proceso más.

La dinámica general la controlo con procesadores como el Waves L2, logrando aumentar la sensación de intensidad general. La cuestión con la limitación es no pasarse de rosca, la idea es que el proceso no se sienta.

No siempre se consigue mas brillo con la ecualización, a veces resulta mejor intentar un poco con algún exciter.

También se puede realzar el sonido ampliando la imagen estéreo, incluso a veces agrego algún tipo de distorsión. Lo importante es que al final quede algo mejor.

Si la mezcla carece de variaciones sonoras al pasar de la estrofa al puente o del puente al coro, a veces ayuda automatizar los ajustes y tratar cada sección por separado para darle mas emoción a los momentos importantes y ayudar a diferenciar las partes.

Aunque siempre aconsejo solucionar los problemas antes de empezar, la masterización es también la última oportunidad para reparar cualquier problema que se produjera en el proceso de grabación, eliminar clicks y ruidos.

Antes de la revolución digital, habían menos opciones. Trajiste tus mezclas terminadas en cinta a un ingeniero de masterización, que a menudo se pasaba a otra cinta a través de varios procesadores para endulzar el sonido. Después decidías el orden de ensamblado, y hacías prensados de acetato para evaluar el producto final antes de la producción en masa. Pocos músicos tenían acceso a estas herramientas y a la experiencia de alguien que supiera cómo hacerlo.

Hoy en día, las herramientas para la masterización están a nuestro alcance. Pero cada vez mas me doy cuenta que todo pasa por los oídos. No hay un plugin que resuelva eso. Tampoco un plugin de cerebro de mastering, porque se escucha con el cerebro, no con las orejas…

¿Cómo se empieza en esto del mastering?. La única manera de ser bueno en cualquier cosa es la práctica. Durante años tuve la posibilidad de consultar con mis mentores, observándolos de cerca. Con el tiempo empecé a practicar con mi propio material, y ahora la gente me contrata para masterizar sus grabaciones porque les gusta los resultados que obtengo.

¿Cómo mandar una mezcla para masterizar? La calidad no es opcional en esta tarea. Tienes que mantener la resolución lo más alta posible en todo el proceso y no aplicar dither hasta llegar al final, cuando estás a punto de exportar al formato final. Siempre pido que traigan las mezclas sin fade-out o fundidos cruzados entre pistas.

Otro paso habitual es la reducción de ruido. La única manera de lograrlo es teniendo una muestra del ruido, por lo tanto nunca debes hacer una limpieza previa a mandarlo a masterizar, déjalo así como está, con unos segundos de ruido antes y después del audio.

Comprueba si el audio en mono mantiene sus características, si algún instrumento desaparece o pierde fuerza pueden estar ocurriendo cancelaciones.

No agregues ningún procesamiento a la mezcla general porque puedes degradar el sonido. Además es posible que tenga que cambiar el nivel general de todas formas al armar el orden de los tracks.

Y por último, creo que no soy exagerado en decir esto: Respaldar, Respaldar, Respaldar. La pregunta no es si tu disco duro se va a romper, la pregunta es CUANDO se va a romper.

Si tu meta es hacerlo tú mismo, te tengo buenas noticias: No es imposible lograrlo!! El punto de todo esto es que la mezcla final suene mejor.

David