A veces dejamos pasar ciertos defectos. Dado que esas pequeñas imperfecciones nos parecen insignificantes, a menudo las ignoramos. Lo cierto es que esas pequeñeces hacen que todo lo que tocamos quede desprolijo. Pequeñas cosas que nos limitan.

Además de no concentrarse en cosas específicas, muchos se concentran en ‘cosas equivocadas’. Algunos se obsesionan con distracciones.

La información que manejamos tiene que tener un hilo conductor, un proceso estratégico de aprendizaje y entrenamiento que se ajuste a ti mismo. La información por si sola no te lleva a ningún lado. Es mejor buscar primero ayuda para desarrollar una estrategia. Es bueno ver las rutinas de práctica de tus superheroes, pero no tiene sentido usarlas de la misma manera, ya que tu eres alguien totalmente diferente y único.

La mejor forma de hacer esto es tener un mentor.
Esto no significa que no debas aceptar también consejo de otras personas, pero deberías tener una fuente de información, entrenamiento y asesoramiento ‘principal’, y ver los otros consejos como un recurso adicional.

Un ejemplo clásico es el alumno que quiere hacer solos de guitarra con mucha velocidad, pero sin prestar atención a la claridad. Un típico caso de falta de sincronización entre ambas manos.
Los ejercicios de sincronización son mas bien cortos y se trata de hacer que las manos trabajen juntas para cada nota.

Por ejemplo:

Trata de hacer este tipo de ejercicio con un metrónomo lento, utilizando picking alternado. La meta no es hacerlo rápido, la meta es que cada nota suene perfecta.